Si le preguntas a un filósofo que es un deseo, te dirá que los deseos son las esperanzas inalcanzables de las personas. Y si, además, le comentas que cada vez que se te cae una pestaña pides un deseo, te acusará de ser una soñadora y de perder el tiempo.
¿Pero, sabéis qué? Si, quizás sea perder el tiempo y una estupidez creer en los sueños. Pero mientras exista una mínima posibilidad de que mis deseos se cumplan, seguiré soplando pestañas y cogiendo dientes de león para pedir mi deseo. Seguiré siendo una soñadora enpedernida. Mantendré la esperanza de que se cumplan porque lo último que se puede perder es la esperanza.
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