“La historia no admite leyes, sólo consecuencias. ¿Qué determina las consecuencias? Las acciones depravadas y las acciones virtuosas. ¿Y qué determina las acciones? Las creencias. Las creencias son al mismo tiempo el premio y el campo de batalla, ya sea en el interior de la mente cómo en el espejo de ésta, vale decir, en el mundo.”
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