Madurar. Es adaptarte a los cambios. Es mejorar y aprender.
Para madurar no hace falta dejar de jugar ni de soñar.
Madurar es marcharte de casa con dieciocho años sin apenas dinero, persiguiendo un sueño. Vivir cosas que no habrías vivido de seguir en tu casa. Lidiar con problemas que no imaginabas. Y lograr seguir adelante.
Madurar no es quedarte en casa con dieciocho años, estudiar la carrera que tus padres desean y pasar el resto de tu vida haciendo lo mismo que hace todo el mundo, sin esperar más ni menos.
Porque para madurar hace falta cometer errores, hacer tonterías, tomar decisiones precipitadas, ser valiente y superarse, ir contracorriente, cambiar tu forma de ver las cosas, borrar los prejuicios, luchar por lo que quieres sin importar lo que piensen los demás, aceptarte como eres y aceptar a los demás, dar la mano a desconocidos y enemigos, apuntar más alto de lo que creas que puedes lograr, y no rendirte a pesar de los obstáculos.
Creo que la mayor parte del mundo es muy recto y serio, pero nada maduro.
Para madurar no hace falta dejar de jugar ni de soñar.
Madurar es marcharte de casa con dieciocho años sin apenas dinero, persiguiendo un sueño. Vivir cosas que no habrías vivido de seguir en tu casa. Lidiar con problemas que no imaginabas. Y lograr seguir adelante.
Madurar no es quedarte en casa con dieciocho años, estudiar la carrera que tus padres desean y pasar el resto de tu vida haciendo lo mismo que hace todo el mundo, sin esperar más ni menos.
Porque para madurar hace falta cometer errores, hacer tonterías, tomar decisiones precipitadas, ser valiente y superarse, ir contracorriente, cambiar tu forma de ver las cosas, borrar los prejuicios, luchar por lo que quieres sin importar lo que piensen los demás, aceptarte como eres y aceptar a los demás, dar la mano a desconocidos y enemigos, apuntar más alto de lo que creas que puedes lograr, y no rendirte a pesar de los obstáculos.
Creo que la mayor parte del mundo es muy recto y serio, pero nada maduro.
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