viernes, 21 de enero de 2011

13:23

Yo no escogí enamorarme de ti, pero la primera vez que te besé, nuestros dientes se rozaron por una milésima de segundo… Y fue increíble… Y la hora exacta de ese beso era la una y veintetrés, y quité la pila del reloj para que se quedase la hora detenida para siempre, parada… El minuto exacto que me besaste está metido en un reloj, para siempre, y ya nunca sé que hora es… Pero me da igual… Desde entonces miro constantemente el reloj…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si sabes como vivir, puedes vivirlo todo...